martes, 18 de marzo de 2008

HUEVITOS DE PASCUA


Las chocolatarías de Chile, durante esta semana, se preparan para vender más que en cualquier otro período del año.

Como en muchas otras cosas, la competencia entre las compañías es feroz.

Hay chocolates de todas las formas y colores, de diferentes tamaños y variados rellenos.

A nuestros niños les interesa cada vez menos el significado de la pascua de resurrección y cada vez más la cantidad de chocolate que tendrán que encontrar el domingo en la mañana (esto no ha cambiado desde mi niñez). Sin embargo, espero que crean en algo, en lo que sea.

Recuerdo que cuando pequeño, en los ochenta, la cosa no era tan comercial y de religión tenía bien poco para mí. Lo que más nos importaba a mi hermana y a mí era despertar la mañana del domingo y ponernos a buscar los huevitos que el "conejito de pascua" nos había escondido por toda la casa.

Lo más importante no eran los chocolates, sino creer en que algo fantástico sucedería la mañana del domingo... seríamos visitados por este ser pequeño y fabuloso, el conejo (suena ñoño, pero es entendible, al ser hijos del gobierno militar, que no ofrecía muchas otras cosas para hacer en esa época).

Claro que la desilución fue grande al descubrir la inexistencia de tal ser, pero la esperanza de verlo fue, durante muchos años, algo que mi hermana y yo disfrutamos mucho.

Hoy, las chocolaterías son las que más creen en el "conejito de pascua", pues este domingo, les traerá dividendos millonarios (El Mercurio), no los huevos de chocolate que ellas mismas producen y venden que, por cierto, son una porquería (se los dice un adicto al buen chocolate).

Pues bien, espero que nuestros niños al menos crean en algo en esta fecha y que no se trate sólo de comer mal chocolate porque sí.

Foto: alvarogd