miércoles, 28 de mayo de 2008

BICENTENARIO... VER PARA CREER.


Desde hace algún tiempo, nuestros políticos se han venido llenando la boca con la palabra "bicentenario" (en alusión a la conmemoración, el 18 de septiembre del 2010, de la Primera Junta Nacional de Gobierno, primer paso hacia la independencia de nuestro país).

Según lo expresado por estos personajes, para el bicentenario, Chile será otro, será algo mejor. Se harán obras urbanas públicas conmemorando la fecha, habrá mayor igualdad en el país, menos pobreza, dignidad para todos, educación y salud de calidad, Chile será más democrático, etc, etc.


Sin embargo, para que el bicentenario se haga presente, sólo faltan 19 meses y creo que en ese tiempo la cosa seguirá igual que hoy.

No aprecio ninguna voluntad política para reformar los grandes males de nuestra sociedad (siendo uno de los principales la propia clase política, que se supone debería propiciar los cambios).


¿Qué dirán nuestros "capacitados" políticos el día 19 de septiembre del 2010, cuando todo siga igual (salvo uno que otro parque con el apellido de bicentenario)?


Tal vez nada, tal vez se hagan los desentendidos olímpicamente como lo han venido haciendo desde hace mucho tiempo.


Si, en vez de prometer al país todo lo que se ha prometido, se replanteara la forma de ser político, ir al fondo de la palabra política, a su raíz griega
polis, es decir, gobernar para la polis, para el pueblo y sus necesidades, habría una esperanza de cambio real y efectivo a las problemáticas de nuesta población.

Sin embargo, nuestros políticos parecen estar más preocupados de sus bolsillos que de lo que le sucede a sus electores.


En fin, tal vez para el
"tricentenario" lo prometido se haga realidad, lástima que para esa fecha no estemos vivos para contemplar lo que hoy conocemos con el nombre de bicentenerio (la gran promesa que no se cumplirá, es decir, la gran mentira).

Foto: Martin Diego TM

viernes, 23 de mayo de 2008

ESTUDIANTES EN DEMOCRACIA... 18 AÑOS, MISMA PROBLEMÁTICA


Recuerdo bien el por qué luchaban los estudiantes universitarios chilenos a fines de los 90.

En esa época se luchaba en contra de las Universidades privadas, pues se consideraba que ellas sólo se preocupaban por lanzar al mercado un número ilimitado de profesionales "poco preparados" (en comparación con una Universidad tradicional).


Para hacer frente a la realidad de esa época (el fortalecimiento del negocio de las Universidades privadas), los estudiantes pretendimos definir cuál era el rol de una Universidad.


Para la mayoría, el rol de la Universidad no era sólo lanzar profesionales al mercado (como lo hacían las privadas), sino también, fomentar la investigación, ser un aporte a la comunidad y formar personas integrales (con valores y fuertes raíces sociales), cosa que sí hacían, "supuestamente", las Universidades tradicionales.


Todo esto se hizo con la intención de que las Universidades privadas siguieran manteniendo un estatus inferior al de las Universidades tradicionales.


Pues bien, el tiempo y el mercado se encargaron de derrumbar lo que se pretendió hacer a fines de los 90.


Hoy, las instituciones privadas abundan por todo el país, tienen ganancias millonarias y sus profesionales tienen poco que envidiarle a los de las instituciones tradicionales (en cuanto al nivel educativo).


La lucha de los estudiantes hoy, es otra, es para que las Universidades tradicionales no mueran tragadas por el mercado.


Que poco visionarios fuimos en los 90, nos preocupamos de atacar a las Universidades privadas y no fuimos capaces de ver lo que sucedería con ellas en el futuro. Perdimos el tiempo en mirarlas a ellas no mirándonos a nosotros mismos.


Sin embargo, en el fondo, el problema sigue siendo el mismo: la educación es un problema que el Estado no quiere tener entre sus manos (además, al ir egresando, los nuevos profesionales se olvidan de su época de estudiantes y todo vuelve a cero, cosa que le facilita la tarea al Estado).


En fin, si los estudiantes 2008 cometen los mismos errores que los de los 90, las Universidades tradicionales tienen sus días contados... o no?...

SINCERIDAD ANTE TODO



Aquí les dejo una canción que refleja lo que uno siempre espera de su pareja... sinceridad... nada más simple que eso.

La cantante se llama Soko y la canción "I will never love you more".

viernes, 16 de mayo de 2008

DE TERREMOTOS, ALUVIONES, ERUPCIONES Y OTROS DESASTRES NATURALES

Recuerdo como si fuera ayer lo ocurrido en Arica a mediados de los 80. Un terremoto sacudió la ciudad.

A eso del medio día, todo comenzó a moverse de un lado hacia el otro. En mi casa se cayeron todos los adornos de las repisas, la luz se cortó por varios días igual que el suministro de agua, grandes trozos de roca se desprendieron del morro, muchas casas fueron destruídas e incluso hubo personas fallecidas (no sé cuántas, pero sí se que las hubo, pues una de ellas era compañero mío de colegio).

Pues bien, mis primos y yo fuimos llevados a la casa de una de mis tías abuelas, que vivía en Azapa, zona segura en caso de algún tsunami o una réplica fuerte.

La semana que pasé en Azapa fue una de las mejores de toda mi niñez. Rodeado por todos mis primos (unos 15 niños) y por todos los familiares que llegarona refugiarse al valle.

Pasábamos horas jugando en el patio, con los pies en el barro, dándole de comer a las gallinas y corriendo de un lado al otro.

Por las noches, jugábamos cartas hasta tarde (apostando con porotos y lentejas) y dormíamos todos juntos.

El apoyo que se sentía de parte de y entre la gente mayor era inmenso.

Afortunadamente a nadie de mi familia le ocurrió algo muy terrible.

En esa época, el gobierno militar no hacía promesas, como lo hace hoy el gobierno con las personas afectadas por las catástrofes naturales (como es el caso de la erupción del volcán Chaitén), más bien se limitaba a sacar a la calle a cientos de soldados que evitaban el pillaje y a confiar en la solidaridad de los chilenos con campañas como "Chile ayuda a Chile" (en la que se enviaba ayuda desde el sur del país), medidas que tampoco son las más adecuadas.

En fin, es de esperar que las personas, a las que los gobiernos de la Concertación les ha prometido tanto, puedan salir adelante y mirar hacia el futuro con optimismo. Eso sí, siempre y cuando el gobierno cumpla lo prometido y no los deje esperando como a muchos otros (por ejemplo, a los cientos de damnificados del terremoto que azotó al país hace un par de años, en el que muchas de las iglesias nortinas se vinieron abajo) quienes aún siguen creyendo en estas "promesas mediáticas".