Al parecer, tanta maravilla no podía ser cierta. Los antidepresivos parecen no tener efecto en los pacientes, salvo en el caso de la depresión mayor (artículo).
Los antidepresivos cuestionados son los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), dentro de los cuales está el Prozac (Wiki), muy utilizado en el mundo entero.
Al parecer, las pastillas no tendrían un mayor efecto sobre los síntomas de depresivos menores que cualquier placebo (Wiki).
De ser cierto, esto abre una serie de caminos por los cuales la psicología y la psiquiatría tendrán que transitar en los próximos años.
El primero de ellos, será el investigar a fondo los efectos de los antidepresivos, poniendo vital atención a los reales efectos de los compuestos de los medicamentos (cosa que en muchos casos no se conoce a cabalidad).
El segundo, y a mi parecer el más importante, es el tratar la depresión menor de un modo distinto, ya no medicando antidepresivos, sino que, como plantea India Knight en su columna, recurriendo más a la conversación con el terapeuta, recuperar la confianza en éstos como medio para salir de la depresión, aprendiendo a reconocer las emociones propias y reduciendo la velocidad del estilo de vida posmoderno.
Sin lugar a dudas, una gran noticia para los psicólogos, quienes tendrán mayor trabajo, pero una pésima noticia para quienes creían ver solucionados sus problemas al alcance de una pildora mágica. Al parecer, la magia se acabó y es hora de afrontar la realidad con las herramientas más naturales que existen... uno frente a otro en una conversación franca y sincera.
Foto: angelinawb
Los antidepresivos cuestionados son los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), dentro de los cuales está el Prozac (Wiki), muy utilizado en el mundo entero.
Al parecer, las pastillas no tendrían un mayor efecto sobre los síntomas de depresivos menores que cualquier placebo (Wiki).
De ser cierto, esto abre una serie de caminos por los cuales la psicología y la psiquiatría tendrán que transitar en los próximos años.
El primero de ellos, será el investigar a fondo los efectos de los antidepresivos, poniendo vital atención a los reales efectos de los compuestos de los medicamentos (cosa que en muchos casos no se conoce a cabalidad).
El segundo, y a mi parecer el más importante, es el tratar la depresión menor de un modo distinto, ya no medicando antidepresivos, sino que, como plantea India Knight en su columna, recurriendo más a la conversación con el terapeuta, recuperar la confianza en éstos como medio para salir de la depresión, aprendiendo a reconocer las emociones propias y reduciendo la velocidad del estilo de vida posmoderno.
Sin lugar a dudas, una gran noticia para los psicólogos, quienes tendrán mayor trabajo, pero una pésima noticia para quienes creían ver solucionados sus problemas al alcance de una pildora mágica. Al parecer, la magia se acabó y es hora de afrontar la realidad con las herramientas más naturales que existen... uno frente a otro en una conversación franca y sincera.
Foto: angelinawb
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