Esta semana he visto, en la televisión chilena, a Milla Jovovich como rostro de una de las tres grandes tiendas del país, particularmente de Almacenes Paris.
Preciosa, divina, encantadora, salida de un cuento de hadas, de mirada hipnotizante y sonrisa angelical.
Sin embargo, su perfil de belleza está bastante lejos del sudamericano y en particular del chileno.
Las mujeres latinas, en general, resaltan por su hermosa piel morena, el pelo negro, el movimiento de sus caderas al caminar y por su sensualidad a flor de piel (sabor latino).
Las grandes tiendas de Chile, convencidas de que usando a figuras exportadas en sus campañas publicitarias recaudarán jugosas ganancias (y las ganan), tratan de imponernos o mostrarnos una belleza proveniente desde muy lejos (casi extraña en nuestro contexto), en este caso puntual, desde el este europeo (Ucrania).
Uno podría pensar que lo que hagan o dejen de hacer las grandes tiendas da lo mismo, sin embargo, lo que encuentro extraño es que como sociedad les compremos el cuento, el cuento del europeismo chileno, cosa muy lejana a la realidad de nuestro país.
No tengo nada en contra de Milla, la encuentro preciosa (además no canta nada mal), pero no hay belleza más lejana que la suya con el promedio chileno.
Creo que estas tiendas y nosotros como consumidores, tratamos de ser algo que no somos, algo distinto, pero más "bello" (a lo europeo o norteamericano), desconociendo nuestra propia identidad.
Somos lo que somos, un pueblo al sur de Estados Unidos (según Jorge González) y al oeste de Europa, parecen pensar Almacenes Paris y muchos de quienes consumen sus productos.
Pero saben... no lo somos, somos la carne, junto con África, de este planeta, la carne bajo la piel de fantasía de los países desarrollados.
Por último, los más snob de todos son los "creativos" detrás de este tipo de campañas... patéticos. Total, lo importante es vender.
Foto: Gaira House
Preciosa, divina, encantadora, salida de un cuento de hadas, de mirada hipnotizante y sonrisa angelical.
Sin embargo, su perfil de belleza está bastante lejos del sudamericano y en particular del chileno.
Las mujeres latinas, en general, resaltan por su hermosa piel morena, el pelo negro, el movimiento de sus caderas al caminar y por su sensualidad a flor de piel (sabor latino).
Las grandes tiendas de Chile, convencidas de que usando a figuras exportadas en sus campañas publicitarias recaudarán jugosas ganancias (y las ganan), tratan de imponernos o mostrarnos una belleza proveniente desde muy lejos (casi extraña en nuestro contexto), en este caso puntual, desde el este europeo (Ucrania).
Uno podría pensar que lo que hagan o dejen de hacer las grandes tiendas da lo mismo, sin embargo, lo que encuentro extraño es que como sociedad les compremos el cuento, el cuento del europeismo chileno, cosa muy lejana a la realidad de nuestro país.
No tengo nada en contra de Milla, la encuentro preciosa (además no canta nada mal), pero no hay belleza más lejana que la suya con el promedio chileno.
Creo que estas tiendas y nosotros como consumidores, tratamos de ser algo que no somos, algo distinto, pero más "bello" (a lo europeo o norteamericano), desconociendo nuestra propia identidad.
Somos lo que somos, un pueblo al sur de Estados Unidos (según Jorge González) y al oeste de Europa, parecen pensar Almacenes Paris y muchos de quienes consumen sus productos.
Pero saben... no lo somos, somos la carne, junto con África, de este planeta, la carne bajo la piel de fantasía de los países desarrollados.
Por último, los más snob de todos son los "creativos" detrás de este tipo de campañas... patéticos. Total, lo importante es vender.
Foto: Gaira House
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