domingo, 30 de marzo de 2008

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


Recuerdo que cuando pequeño, mi padre no solía golpearnos. De vez en cuando nos daba un palmazo en el poto a mi hermana y a mí (en caso de portarnos mal en extremo).

Sólo una vez se le pasó la mano y me tiró el pelo con fuerza.

Desde ese día no aguanto que alguien me tire el pelo, me enoja demasiado y no reacciono bien.


Sólo fue una vez, pero me marcó para siempre.


El día sábado fui al parque forestal en Santiago. Frente al museo de Bellas Artes, hay juegos para los niños. En ese lugar fui testigo de algo horrendo. Una madre golpeaba brutalmente a su hija por haberse ensuciado la ropa con tierra.

Fue poco lo que los otros padres que estaban en la plaza y yo pudimos hacer para evitar los golpes, pues la enajenada mujer se llevó a la niña de un brazo del lugar y a punta de garabatos.


Ese día me preguntaba ¿cómo lo tiene que hacer un niño, en unos juegos (columpios, toboganes, etc) con piso de tierra, para no ensuciarse? ¿para qué llevar a un niño pequeño a un lugar como ese sabiendo que probablemente se manchará la ropa?


Cada vez que lo pienso, creo que es una estupidez pedirle a los niños cosas que no pueden hacer, como por ejemplo, no mancharse al comer, no mancharse la ropa al jugar en la tierra, etc. Y más estúpido aún es castigarlos o golpearlos por hacer cosas como esas.


Cuando mi padre me tiró el pelo yo tenía cerca de 5 años y todavía recuerdo el hecho. La niña no pasaba de los 6 años ¿qué recordará de ese día sábado en su adultez?... espero que no sea el golpear a sus hijos al manchar su ropa con tierra (sino que aprenda, como yo, todo lo contrario, a no ocupar la violencia con un menor).

Foto: Nicéforo