miércoles, 13 de febrero de 2008

CON GUANTE BLANCO HASTA AGOSTO

Hasta el momento, los precandidatos demócratas en EE.UU, se han tratado "con guante blanco". Al referirse a su contrincante, tanto Hillary Clinton como Barack Obama, lo han hecho en forma respetuosa y atinada. Ambos candidatos han expuesto sus puntos de vista, sus programas políticos y a la hora de marcar la diferencia con su adversario se han mostrado en extremo cautelosos de emitir cualquier comentario que pudiera hostilizar la contienda demócrata. Los candidatos se han escuchado y hasta se han alabado mutuamente en casi todas sus apariciones públicas. Por su puesto que, alguna que otra indirecta se han lanzado en el ardor de un acalorado debate, pero sin la intención de menospreciar al rival.

Esta situción era bastante predecible, ya que una disputa carnicera entre demócratas (no tanto entre los republicanos, más acostumbrados a ningunearse entre ellos) debilitaría al partido al enfrascarse en peleas internas y no ante su real rival, el partido republicano.

La situación seguirá igual hasta la 45° convención demócrata (25 al 28 de agosto), día en el cual él o la candidato demócrata definitivo, se sacará el guante blanco y lo reemplazará por uno de boxeo para enfrentar con los dientes apretados al ya casi seguro candidato republicano John McCain (con los guantes de boxeo puestos desde hace rato). En esta segunda etapa, hasta el día de las elecciones nacionales del 04 de noviembre, la contienda será descarnada, dura, y maquiavélica. Cualquier comentario mal intencionado que pudiera adelantar a alguno de los dos candidatos definitivos en la carrera por el sillón presidencial, será utilizado sin la más mínima vergüenza, es más, es lo que buscará, apelar a todo, desde el color de la piel hasta el género, pasándo por un posible pasado oscuro de alguno de los contendores (alguna canita al aire, por ejemplo) inclusive. (cosa que dejan entrever Obama y McCain)


Si hasta ahora la disputa por la Casa Blanca en EE.UU se ve entretenida, es de esperar que al aproximarse noviembre, las cosas se pongan aún mejores.