jueves, 14 de febrero de 2008

LÓGICAS ILÓGICAS


Desde que Chile recuperó la democracia, los gobiernos de la Concertación se han relacionado con el mundo militar de una manera bastante tímida. Ejemplos de lo que afirmo hay muchos, como los ejercicios de enlace de 1991 y el boinazo de 1993, hechos durante los cuales nuestras autoridades políticas temieron por un nuevo levantamiento militar.
La base de esta actitud timorata de los gobiernos concertacionistas frente a las Fuerzas Armadas radica en que éstas últimas, desde que volvió la democracia, han utilizado la "lógica" de la amenaza del uso de la fuerza para provocar un nuevo 1973. Ante la más mínima maniobra del Ejército, los gobiernos de la concertación debilitaron su postura frente a temas tan sensibles para la ciudadanía como son los DD.HH.
Dichos gobiernos, para no tener que enfrentar una posible amenaza militar, decretaron la política o la "lógica" de los acuerdos (tanto con los partidos de derecha como con los militares), lógica que hoy el ex comandante en jefe Juán Emilio Cheyre parece considerar como rota. Quien rompió esta lógica, según él, es el gobierno de la presidenta Bachelet, a raiz de lo sucedido recientemente con el general Santelices.
Pues bien, creo que ambas "lógicas" son bastante ilógicas, ya que tanto la de los gobiernos de la concertación como la del Ejército dejan de lado al pueblo chileno y velan por los intereses de unos pocos. Por "lógicas" como éstas es que hoy, a 35 años del golpe militar, los chilenos no podemos reconciliarnos en un 100%, debido a que con la "lógica" gubernamental sólo un puñado de personas decidió cómo estos acuerdos debían hacerse y en qué debían consistir. Si bien es cierto que los políticos son elegidos "democráticamente", a la hora de alcanzar dichos acuerdos no se acuerdan para qué fueron elegidos, que no es para otra cosa que representar a todo un pueblo y alcanzar el bien común, bien común que podría haberse logrado hace mucho tiempo en el tema de DD.HH si es que todos los involucrados en tales hechos, tanto civiles como militares, de ambos bandos hubieran dado un paso al costado dejado avanzar a Chile hacia una reconciliación verdadera. Pero no, hicieron todo lo contrario, permanecieron y permanecen muchos de ellos en sus puestos, vistos por unos como torturadores asesinos y por otros como terroristas de la U.P.

La "lógica" de las Fuerzas Armadas fue igual de ilógica, ya que lo único que logró es que el pueblo chileno sintiera desconfianza de ellas.
Por ello, considero conveniente que ambas lógicas no sean tomadas más en cuenta y espero, por el bien de Chile, que el bien común impregne tanto las lógicas del gobierno como de las Fuerzas Armadas desde hoy y hacia el futuro..