martes, 12 de febrero de 2008

+ TECNOLOGÍA = - MEMORIA


De pequeño siempre me costó memorizar ciertas cosas, como por ejemplo, poemas, direcciones, números de teléfono muy largos, etc. Sin embargo, mediante algunos truquillos o nemotecnia (memorizar ciertas cosas usando referntes ya memorizados, como por ejemplo, el símbolo del hierro es Fe, pero yo lo memoricé recurriendo al nombre de un futbolista español cuyo nombre ya conocía con anterioridad, FErnando Hierro, así, las dos primeras letras de su nombre más su apellido me ayudaron a memorizar el símbolo químico del hierro) memorizaba sin problemas. La cosa cambio cuando los desafíos a la capacidad de mi memoria se volvieron más complejos, como cuando tuve que aprenderme de memoria artículos del código Código Civil chileno o al memorizar parlamentos de alguna obra de teatro. Así, con el tiempo, mi memoria se ha ido fortaleciendo poco a poco hasta alcanzar cierto óptimo. Creo que lo mismo ha de sucederle a todo el mundo, bueno por lo menos a los de mi generación, la generación de los 80, esa que creció bajo el toque de queda, la censura, los bombazos nocturnos, las protestas, Sabados Gigantes, etc.

Sin embargo, a las nuevas generaciones (del 2000 en adelante) no creo que les suceda lo mismo, ya que su memoria se vará fuertemente afectada por las nuevas tecnologías como son los celulares y las computadoras. Ambos tipos de aparatos son robamemorias y no sólo me refiero a los datos, sino también a la capacidad para recordarlos.

La memoria que más estimula hoy la tecnología, es la memoria icónica, es decir, el recuerdo de imágenes o símbolos como las carpetas o folders del escritorio de una computadora o la pantalla de un celular. Los niños pequeños de hoy se manejan perfectamente en este nuevo lenguaje digital-icónico y son expertos en entrar y salir de internet cuantas veces quieran. Creo que con el tiempo la memoria a largo plazo de estos niños se vará afectada, ya que la falta de lectura y de escritura atrofiará su capacidad para recordar. No serán capaces de recordar, de ninguna manera que no sea recurriendo a algún aparato electrónico, pasajes de libros, poemas, e incluso historias relatadas de boca en boca.

Es en estos momentos en los que recuerdo a alguno de mis abuelos o alguno de mis viejos tíos recitando poemas completos... cómo no olvidar aquel, recitado siempre a una hermosa dama (con mucho respeto) "Por sus ojos, por su manera de ser, por lo entallá que es..." que siempre terminaba con un "salud mi amor". Los viejos recordaban esta clase de cosas ya que se criaron sólo entre libros y relatos orales.

Me pregunto ¿cuántas personas en Chile podrán recitar algún pasaje completo de "La Odisea", de Homero o de alguna obra de teatro del gran Shakespeare?, es más ¿cuántas personas en éste país han leido "La Odisea" o algo de Shakespeare?... posiblemente muy pocas.


Tal vez sea el momento de volver a los libros y de escuchar más a los viejos de nuestra sociedad moderna, a aquellos quienes tienen hoy algo que contar distinto de lo que aparece en la televisión o en internet, tal vez alguna de esas historias fantásticas que cautivan por cómo son contadas, como por ejemplo, la historia de la "llorona de Azapa" (que buscaba a su esposo muerto en los caminos del valle) que me contaron de niño, en la cual creí toda mi infancia.


En fin, me encantaría poder recuperar algo de la capacidad mnémica perdida, para así contarle a mis hijos cómo era este mundo antes de internet y de los computadores, para que en la noche, antes de dormirse, se vayan a la cama acompañados de Penélope y de Ulises, de Hamlet y de Ofelia.